DOI: 10.26820/recimundo/9.(2).abril.2025.1023-1033
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/2727
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 1023-1033
Manejo integral de la sepsis pediátrica: retos en la
infectología, cuidados intensivos y nefrología
Integral management of pediatric sepsis: challenges in infectiology,
intensive care, and nephrology
Gestão integral da sépsis pediátrica: desafios em infectologia, cuidados
intensivos e nefrologia
Brenda Paulina Sotalín Sotalín
1
RECIBIDO: 10/03/2025 ACEPTADO: 19/04/2025 PUBLICADO: 08/09/2025
1. Médica; Investigadora Independiente; Quito, Ecuador; brendasotalin@gmail.com; https://orcid.
org/0009-0009-5637-5059
CORRESPONDENCIA
Brenda Paulina Sotalín Sotalín
brendasotalin@gmail.com
Quito, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2025
RESUMEN
El manejo integral de la sepsis pediátrica es un desafío complejo y multidisciplinario que involucra a la infectología, los cuidados inten-
sivos y la nefrología. La sepsis en niños es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, y su manejo requiere una respuesta
rápida y coordinada para mejorar los resultados. Se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva para explorar el manejo integral de la
sepsis pediátrica, con un enfoque en los desafíos que enfrentan las especialidades de infectología, cuidados intensivos y nefrología. La
búsqueda se llevó a cabo en bases de datos académicas como PubMed, Scopus, Web of Science y LILACS. Se seleccionaron estudios
como revisiones sistemáticas, metaanálisis, ensayos clínicos controlados, guías de práctica clínica y artículos de revisión. Una aprox-
imación multidisciplinaria y coordinada entre infectólogos, intensivistas y nefrólogos es indispensable para optimizar los resultados en
el manejo de la sepsis pediátrica. El desafío principal es superar la fragmentación de la atención para lograr una respuesta unificada
que aborde la complejidad de esta enfermedad de manera integral, desde el diagnóstico hasta el manejo de las secuelas a largo plazo.
Palabras clave: Sepsis, Infectología, Nefrología, UCI, Pediátrica.
ABSTRACT
The integral management of pediatric sepsis is a complex and multidisciplinary challenge that involves infectiology, intensive care, and
nephrology. Sepsis in children is a leading cause of morbidity and mortality, and its management requires a rapid and coordinated respon-
se to improve outcomes. An exhaustive literature review was conducted to explore the comprehensive management of pediatric sepsis,
with a focus on the challenges faced by the specialties of infectiology, intensive care, and nephrology. The search was performed in aca-
demic databases such as PubMed, Scopus, Web of Science, and LILACS. Studies selected included systematic reviews, meta-analyses,
randomized controlled trials, clinical practice guidelines, and review articles. A multidisciplinary and coordinated approach among infec-
tiologists, intensivists, and nephrologists is essential to optimize outcomes in the management of pediatric sepsis. The main challenge is
to overcome the fragmentation of care to achieve a unified response that addresses the complexity of this disease in an integral manner,
from diagnosis to the management of long-term sequelae.
Keywords: Sepsis, Infectiology, Nephrology, ICU, Pediatric.
RESUMO
O tratamento integral da sépsis pediátrica é um desafio complexo e multidisciplinar que envolve infectologia, cuidados intensivos e ne-
frologia. A sépsis em crianças é uma das principais causas de morbidade e mortalidade, e o seu tratamento requer uma resposta rápida
e coordenada para melhorar os resultados. Foi realizada uma revisão exaustiva da literatura para explorar o tratamento abrangente da
sepse pediátrica, com foco nos desafios enfrentados pelas especialidades de infectologia, terapia intensiva e nefrologia. A pesquisa
foi realizada em bases de dados académicas, como PubMed, Scopus, Web of Science e LILACS. Os estudos selecionados incluíram
revisões sistemáticas, meta-análises, ensaios clínicos randomizados, diretrizes de prática clínica e artigos de revisão. Uma abordagem
multidisciplinar e coordenada entre infectologistas, intensivistas e nefrologistas é essencial para otimizar os resultados no tratamento
da sepse pediátrica. O principal desafio é superar a fragmentação do atendimento para alcançar uma resposta unificada que aborde a
complexidade dessa doença de maneira integral, desde o diagnóstico até o tratamento das sequelas a longo prazo.
Palavras-chave: Sepse, Infectologia, Nefrologia, UTI, Pediatria.
1025
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
Introducción
El término de sepsis ha evolucionado en el
tiempo, como igual han cambiado las for-
mas y métodos de diagnóstico y de con-
ducta terapéutica, basados en los avances
logrados desde el punto de vista de los co-
nocimientos fisiopatológicos que de este
padecimiento se tienen. La sepsis ocasio-
na altos índices de morbilidad y mortalidad
en la mayoría de las unidades de cuidados
intensivos polivalentes, tanto pediátricos
como de adultos (1).
La sepsis se caracteriza por ser un síndrome
clínico complejo y dinámico causado por una
respuesta desregulada a las infecciones. Sus
síntomas pueden manifestarse como signos
sistémicos de infección o de formas diversas
entre diferentes individuos, o incluso durante
la evolución del cuadro clínico de un mismo
paciente. El síndrome clínico de la sepsis
puede dividirse en etapas progresivas, pre-
sentándose como sepsis grave (SG) o cho-
que séptico (CS), que representan graveda-
des de la enfermedad que pueden resultar
en la falla de múltiples órganos y, en conse-
cuencia, en el fallecimiento del paciente. La
sepsis en la edad pediátrica se presenta de
la misma manera con signos sistémicos de
infección, lo que resulta en una respuesta
multiorgánica. Además, el síndrome ya pue-
de manifestarse en el paciente neonatal, y
dependiendo del cuadro, la sepsis puede
generar efectos más dañinos para los recién
nacidos prematuros y para los bebés que
nacen con bajo peso (2).
Las infecciones, principalmente de los apa-
ratos respiratorio y gastrointestinal ocupan,
globalmente, el segundo y tercer lugar entre
las causas de muerte en niños menores de
5 años y el quinto y primer lugar en niños de
5 a 14 años, respectivamente.3-6 La mayor
proporción de estas muertes se atribuye a la
sepsis y al choque séptico, condiciones clí-
nicas devastadoras que requieren agudeza
clínica y toma rápida y efectiva de decisio-
nes, en una ventana estrecha de tiempo (3).
La sepsis se caracteriza por tener un com-
MANEJO INTEGRAL DE LA SEPSIS PEDIÁTRICA: RETOS EN LA INFECTOLOGÍA, CUIDADOS INTENSIVOS Y
NEFROLOGÍA
portamiento epidemiológico heterogéneo a
nivel mundial, tanto en los grupos etarios, así
como las tasas de incidencia según estrato
socioeconómico. Múltiples estudios eviden-
cian mayor morbimortalidad en países de
bajos y medianos ingresos económicos, así
como mayor incidencia en la población bajo
5 años de edad. En este sentido, en el es-
tudio de carga de enfermedad de 2017 se
estimó que hubo 48,9 millones de casos en
todo el mundo; de éstos hubo 11 millones de
muertes relacionadas a sepsis que represen-
tan 19,7% de las muertes globalmente. De las
cifras expresadas, la población infantil bajo 5
años de edad da cuenta de 20,3 millones de
casos, con 2,9 millones muertes asociadas a
sepsis, siendo el grupo de neonatos los más
afectados. En cuanto a las causas, destacan
las enfermedades neonatales, infecciones de
causa respiratorias y gastrointestinales (4).
El tratamiento temprano aumenta la super-
vivencia de manera significativa. Las inter-
venciones potenciales que dependen del
tiempo de intervención han sido bien estu-
diadas: tratamiento antimicrobiano urgente,
resucitación con líquido intravenoso dirigi-
da a metas y ventilación mecánica invasi-
va. El tratamiento de soporte debe incluir,
siempre que se requiera, apoyo ventilatorio,
profilaxis para evitar úlceras gástricas por
estrés, nutrición, control del medio interno y
sedación. Se ha demostrado a través de los
años que la administración rápida de la te-
rapia antimicrobiana ha disminuido la mor-
talidad significativamente (de 80 a 20 %).
Sin embargo, la incidencia de sepsis sigue
siendo elevada, debido a las intervenciones
terapéuticas complejas que hacen a los pa-
cientes más susceptibles de infectarse con
patógenos del nosocomio, y a la presencia
de comorbilidades cada vez más presentes,
dada la sobrevida de aquellos con enferme-
dades que antes tenían peor pronóstico (5).
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica exhausti-
va para explorar el manejo integral de la sep-
sis pediátrica, con un enfoque en los desafíos
1026
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
que enfrentan las especialidades de infecto-
logía, cuidados intensivos y nefrología. La
búsqueda se llevó a cabo en bases de datos
académicas como PubMed, Scopus, Web of
Science y LILACS. Se seleccionaron estu-
dios como revisiones sistemáticas, metaaná-
lisis, ensayos clínicos controlados, guías de
práctica clínica y artículos de revisión.
Resultados
Sepsis
La sepsis se define como una disfunción
orgánica potencialmente mortal, causada
por una respuesta desregulada del cuer-
po a una infección. Es una afección grave
donde la respuesta del organismo a la in-
fección daña sus propios tejidos y órganos.
Para identificar a los pacientes en riesgo de
una estancia prolongada en cuidados inten-
sivos, se puede utilizar la escala PELOD-2,
que mide la alteración en el puntaje de fa-
lla de órganos. Aunque los criterios ines-
pecíficos del SIRS (síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica), como la fiebre o la
neutrofilia, aún ayudan a diagnosticar infec-
ciones, la sepsis es un proceso más com-
plejo. Implica la disfunción de órganos, lo
que la diferencia de una simple respuesta
inflamatoria. Por esta razón, la terminología
de "sepsis grave" es innecesaria, y cual-
quier caso de sepsis debe ser considerado
una emergencia que requiere un alto nivel
de monitoreo e intervención, como el ingre-
so a cuidados intensivos (6).
Choque séptico
El choque séptico es un subconjunto de
sepsis en el que las anomalías circulatorias
y celulares / metabólicas subyacentes son
lo suficientemente profundas como para au-
mentar sustancialmente la mortalidad (6).
Etiología
La sepsis en pediatría es causada princi-
palmente por bacterias, aunque la frecuen-
cia de cada microorganismo varía según la
región y el tipo de infección (adquirida en la
comunidad o nosocomial) (7).
Bacterias:
En la población general pediátrica, las
bacterias más comunes que causan
sepsis grave y shock séptico incluyen:
N. meningitidis
S. pneumoniae
S. pyogenes (cuya frecuencia au-
menta con la edad)
E. coli (cuya frecuencia disminuye
con la edad)
S. aureus (7).
En lactantes menores de 3 meses, los
principales agentes son S. agalactiae y
E. coli (7).
En pacientes oncológicos con neutrope-
nia, pueden causar sepsis bacterias me-
nos comunes como estafilococos coagu-
lasa negativos, S. viridans, P. aeruginosa,
Klebsiella o Acinetobacter (7).
Virus:
Son una causa menos frecuente de
sepsis.
En pacientes inmunocompetentes, los vi-
rus como el de la influenza (especialmen-
te el H1N1), parainfluenza y dengue pue-
den causar sepsis, pero siempre se debe
sospechar de una coinfección bacteriana.
En neonatos y lactantes pequeños, los
virus herpes simple y los enterovirus
también son causas importantes.
En pacientes inmunodeprimidos, el ci-
tomegalovirus y el virus de Epstein-Barr
pueden desencadenar cuadros sépti-
cos (7).
Otros microorganismos:
Las infecciones fúngicas, especialmen-
te por Candida, pueden causar sepsis
en pacientes inmunocomprometidos o
con dispositivos intravasculares.
SOTALÍN SOTALÍN, B. P.
1027
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
Dependiendo del contexto epidemio-
lógico, se deben considerar bacterias
menos comunes como las rickettsias y
parásitos como Plasmodium en el diag-
nóstico diferencial (7).
Criterios diagnósticos
Tabla 1. Evolución de criterios diagnósticos y códigos equivalentes CIE-9 y CIE10
Fuente: Adaptado de Slöcker Barrio (8).
Órgano/Sistema
Descripción
Código CIE-9-CM
Cardiovascular
Shock sin trauma
785.5
Hipotensión
458
Respiratorio
Ventilación mecánica
96.7
Neurológico
Encefalopatía
348.3
Psicosis orgánica transitoria
293
Daño cerebral anóxico
348.1
Hematológico
Trombocitopenia secundaria
287.4
Trombocitopenia no especificada
287.5
Otras alteraciones de la coagulación
286.9
Coagulopatía de consumo
286.6
Hepático
Necrosis hepática aguda y subaguda
570
Infarto hepático
573.4
Renal
Fallo renal agudo
584
Consenso 1991 y 2001
Consenso 2015
Definición de
Sepsis
Sepsis grave (infección +
disfunción orgánica) e
Hipoperfusión inducida por
sepsis
Disfunción orgánica que amenaza la vida, causada por
una respuesta desregulada del huésped a una infección.
Definición de
Shock Séptico
Shock Séptico
Subgrupo de sepsis con anomalías circulatorias y
metabólicas graves, que aumentan la mortalidad.
Criterios
Clínicos
N/A
Infección confirmada o sospechada y un aumento en la
escala SOFA (Sequential Organ Failure Assessment) de
2 o más puntos.
Criterios de
Shock Séptico
N/A
Sepsis más la necesidad de vasopresores para mantener
la presión arterial media (PAM) 65 mmHg y niveles
de lactato en sangre 2 mmol/L, a pesar de la
reanimación con líquidos adecuada.
Código CIE-9
995.92
N/A (se usaban en consenso anterior)
Código CIE-
10
R65.20
R65.21
Tabla 2. Criterios de Angus modificados: criterios de disfunción orgánica (CIE-9 CM)
Órgano/Sistema
Código CIE-9-CM
Cardiovascular
785.5
458
Respiratorio
96.7
Neurológico
348.3
293
348.1
Hematológico
287.4
287.5
286.9
286.6
Hepático
570
573.4
Renal
584
Consenso 1991 y 2001
Consenso 2015
Definición de
Sepsis
Sepsis grave (infeccn +
disfunción orgánica) e
Hipoperfusión inducida por
sepsis
Disfunción orgánica que amenaza la vida, causada por
una respuesta desregulada del huésped a una infección.
Definición de
Shock Séptico
Shock Séptico
Subgrupo de sepsis con anomalías circulatorias y
metabólicas graves, que aumentan la mortalidad.
Criterios
Clínicos
N/A
Infección confirmada o sospechada y un aumento en la
escala SOFA (Sequential Organ Failure Assessment) de
2 o más puntos.
Criterios de
Shock Séptico
N/A
Sepsis más la necesidad de vasopresores para mantener
la presión arterial media (PAM) 65 mmHg y niveles
de lactato en sangre 2 mmol/L, a pesar de la
reanimación con líquidos adecuada.
Código CIE-9
995.92
N/A (se usaban en consenso anterior)
Código CIE-
10
R65.20
R65.21
Fuente: Adaptado de Slöcker Barrio (8).
Los criterios más frecuentemente utilizados
han sido los propuestos por la “International
Pediatric Sepsis Consensus Conference”
(IPSCC) en el año 2005, actualizados en
enero de 2020; y la categoría diagnóstica
de la Clasificación Internacional de Enfer-
MANEJO INTEGRAL DE LA SEPSIS PEDIÁTRICA: RETOS EN LA INFECTOLOGÍA, CUIDADOS INTENSIVOS Y
NEFROLOGÍA
1028
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
medades en su novena edición (CIE-9) de
“sepsis grave (código 995.92)/shock sép-
tico (código 785.52)” y su variante conoci-
da como Criterios de Angus modificados o
CIE-9-CM, que incluye cualquier categoría
diagnóstica de “infección” de la CIE-9 junto
con datos de disfunción de uno o más órga-
nos 6. Estos tres criterios se resumen en las
tablas 1A y 1B (8).
Diagnóstico clínico
El diagnóstico de la sepsis no debe depen-
der únicamente de criterios rígidos. Los mé-
dicos deben considerar una combinación de
signos clínicos para reconocer la sepsis de
manera temprana. La atención a cambios
sutiles en los signos vitales (temperatura,
frecuencia cardíaca y respiratoria), el estado
mental, el llenado capilar, la perfusión de las
extremidades y la producción de orina son
cruciales para iniciar el tratamiento antes de
que se cumplan umbrales arbitrarios (9).
Biomarcadores
El uso de biomarcadores puede ayudar en
el diagnóstico y la estratificación del riesgo
de sepsis, pero ninguno por sí solo es per-
fecto (9).
Lactato en sangre: Aumenta cuando
el suministro de oxígeno a los tejidos es
insuficiente. Es útil para monitorear la
respuesta al tratamiento, pero no es un
buen indicador inicial, ya que su aumen-
to puede tener muchas otras causas (9).
Proteína C reactiva (CRP) y Procalcito-
nina (PCT): La PCT es un biomarcador
más específico para infecciones bac-
terianas que la CRP. Ambos son útiles
para diferenciar la sepsis de una infec-
ción no complicada y tienen un alto valor
predictivo negativo para descartar una
enfermedad grave, pero pueden dar fal-
sos positivos o falsos negativos si se mi-
den muy temprano (9).
El Hemograma Completo (FBC) como
Herramienta Fundamental: El hemogra-
ma completo (FBC) es una herramienta
ampliamente disponible. El recuento to-
tal de glóbulos blancos se considera una
"herramienta contundente" debido a su
naturaleza inespecífica. No obstante, su
utilidad se puede mejorar al considerar
el recuento de componentes específicos
como los neutrófilos, los granulocitos in-
maduros y la relación neutrófilos: linfoci-
tos. Esta última relación ha demostrado
una mejor utilidad clínica, y un valor de
≥4 puede mejorar significativamente la
razón de probabilidad positiva (10).
Nuevos biomarcadores: Se están in-
vestigando otros biomarcadores de la
función endotelial, la microcirculación y
la permeabilidad intestinal, así como la
combinación de múltiples biomarcado-
res o el análisis genético, para obtener
una visión más completa de la comple-
ja patobiología de la sepsis. También se
están explorando compuestos orgáni-
cos volátiles en el aliento (9).
Detección Sistemática
Se recomienda el cribado sistemático para
el reconocimiento temprano de la sepsis.
Los algoritmos electrónicos que monitorean
continuamente los signos vitales son más
precisos que las evaluaciones intermiten-
tes, pero aún tienen una baja tasa de valo-
res predictivos positivos (PPV). Para mejo-
rar la precisión, se utilizan herramientas de
cribado de varias etapas, donde una aler-
ta automatizada inicial es seguida por una
evaluación clínica. El uso de la inteligencia
artificial (IA), que analiza datos fisiológicos
en tiempo real, tiene el potencial de identi-
ficar la fisiología del shock horas antes de
los cambios en los signos vitales, aunque
su impacto en los resultados clínicos aún
necesita ser validado (9).
Manejo de la sepsis
El manejo de la sepsis en niños a menudo
se asemeja al de los adultos debido a la fal-
ta de ensayos clínicos pediátricos sólidos.
A pesar de esto, existen algunas diferencias
importantes en el tratamiento, destacando
SOTALÍN SOTALÍN, B. P.
1029
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
el mayor uso de la terapia de soporte vital
extracorpóreo (ECLS) como tratamiento de
rescate en pacientes pediátricos con shock
séptico o hipoxemia refractaria. La supervi-
vencia con ECLS es notablemente alta en
niños con neumonía viral (11).
Terapia de uidos y manejo del shock
Un aspecto crucial en el manejo de la sep-
sis pediátrica es la reanimación con fluidos.
La estrategia de reanimación agresiva con
líquidos, basada en su éxito en casos de
meningococemia, se ha extendido a otras
causas de sepsis en niños. Sin embargo,
el estudio FEAST en África, que involucró a
más de 3,000 niños, demostró una mortali-
dad significativamente mayor en aquellos
con shock compensado que recibieron bo-
los de fluidos en comparación con los que
no los recibieron. Este hallazgo ha generado
un debate internacional sobre la seguridad
del uso agresivo de líquidos, incluso en paí-
ses desarrollados, y ha puesto de manifiesto
la importancia de un enfoque cauteloso. Es-
tudios adicionales han relacionado un balan-
ce de fluidos positivo con peores resultados
clínicos en niños críticamente enfermos (11).
La SSC de 2020 implementó pautas mati-
zadas que consideran la disponibilidad de
una unidad de cuidados intensivos pediátri-
cos (PICU).
Las recomendaciones de la SSC son las si-
guientes:
Para niños con shock séptico y acceso a
una PICU, se pueden administrar bolos
de fluidos de 40-60 mL/kg (10-20 mL/kg
por bolo) en la primera hora (10).
Cuando la atención intensiva no está
disponible, los niños con sepsis sin hi-
potensión no deben recibir bolos de flui-
dos. Sin embargo, si la hipotensión está
presente, se debe administrar un bolo
de 40 mL/kg (10).
Independientemente de la estrategia, la
monitorización continua y una reevaluación
clínica rigurosa son cruciales para detectar
la respuesta a los fluidos o los signos de so-
brecarga. En cuanto a la elección del tipo
de fluido, la evidencia actual, aunque de
baja calidad, sugiere una preferencia por
los cristaloides balanceados (p. ej., Ringer's
lactato) sobre la solución salina normal al
0.9%, basándose en estudios observacio-
nales que mostraron una menor mortalidad
en el grupo de cristaloides balanceados. El
ensayo multicéntrico en curso PRagMatic
Pediatric Trial of Balanced versus normal
saline fLUid in Sepsis (PROMPT BOLUS)
busca proporcionar datos de alta calidad
para resolver este debate (10).
Tabla 3. Recomendaciones para el manejo de la sepsis pediátrica
Categoría
Puntos Clave
Control del foco
Acción: Evaluar y erradicar rápidamente la fuente de infección,
idealmente en las primeras 6 horas. <br>Maniobras: Drenaje de
abscesos, desbridamiento quirúrgico de tejidos muertos, retirada de
dispositivos infectados (catéteres, prótesis). <br>Prioridad: Elegir la
maniobra más eficaz con menor trastorno fisiológico (ej. drenaje
percutáneo sobre cirugía).
Monitorización
Objetivo: Superar la valoración clínica y el modelo de "shock
frío/caliente" con un enfoque más objetivo y fisiopatológico.
<br>Parámetros Básicos: FC, FR, temperatura, diuresis, ECG, PA,
PVC, glucemia, lactato, gases arteriales y calcio. <br>Monitorización
Avanzada: Gasto cardíaco, resistencias sistémicas, saturación venosa
central de oxígeno (SVCO_2). <br>Tecnolog
ías: Termodilución
transpulmonar (PiCCO) y espectroscopia infrarroja cercana (NIRS)
para evaluar la oxigenación en órganos vitales. <br>Ecografía a pie
de cama: Útil para guiar la inserción de vías centrales, medir gasto
caraco y evaluar la volemia y el edema pulmonar.
Tratamiento
hemodinámico
Resucitación Inicial (1ª hora): <br> Vía Aérea: Asegurar vía aérea
y administrar oxígeno. <br> Acceso Vascular: Canalizar vías
periféricas o intraóseas en 5-10 minutos. <br> Fluidoterapia:
Administrar bolos de 10 ml/kg de cristaloides balanceados cada 5-10
minutos hasta 60 ml/kg en la primera hora, vigilando signos de
sobrecarga. <br> • Farmacología: Iniciar adrenalina por a periférica
o intraósea si la inestabilidad persiste después de los fluidos. La
dopamina queda relegada. <br> Análisis: Obtener muestras para
hemocultivos y otros análisis. <br> Objetivos: Restablecer pulsos,
perfusión periférica, estado de conciencia y presión arterial.
Shock Resistente a Fluidos: <br> • Criterio: Persistencia de la
inestabilidad a pesar de la reanimación conquidos. <br>
Tratamiento: Iniciar tratamiento inovasopresor. La adrenalina es el
inótropo inicial. Si hay resistencias sistémicas bajas, se prefiere la
noradrenalina. <br> Monitorización: Usar parámetros objetivos
(análisis de onda de pulso, ecocardiografía, SVCO_2) para guiar la
terapia.
Shock Resistente a Catecolaminas: <br> • Objetivos: Mantener
SVCO_270 e índice caraco (IC) = 3.5-5.5 l/min/m². <br>
Tratamiento según patrón: Ajustar fármacos (milrinona,
nitroprusiato, vasopresina, etc.) según el patrón de resistencias
vasculares y gasto cardíaco.
Otras medidas
terapéuticas
Corticoides: Hidrocortisona reservada para shock refractario a
fluidos y vasopresores. <br> Glucosa: Controlar los niveles de
glucemia para evitar hipoglucemia e hiperglucemia. <br> •
Ventilación Mecánica: Considerar intubación si es necesario,
asegurando una adecuada resucitación previa. La ventilación no
invasiva no debe retrasar la intubación en casos graves. <br>
Hemoderivados: Transfusión de glóbulos rojos si Hb < 7 mg/dL en
pacientes estables. Plaquetas y plasma solo en sangrado activo. <br>
ECMO: Considerar ECMO venoarterial en shock refractario o fallo
respiratorio severo.
MANEJO INTEGRAL DE LA SEPSIS PEDIÁTRICA: RETOS EN LA INFECTOLOGÍA, CUIDADOS INTENSIVOS Y
NEFROLOGÍA
1030
RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
Categoría
Puntos Clave
Control del foco
Acción: Evaluar y erradicar rápidamente la fuente de infección,
idealmente en las primeras 6 horas. <br>Maniobras: Drenaje de
abscesos, desbridamiento quirúrgico de tejidos muertos, retirada de
dispositivos infectados (catéteres, prótesis). <br>Prioridad: Elegir la
maniobra más eficaz con menor trastorno fisiogico (ej. drenaje
percutáneo sobre cirugía).
Monitorización
Objetivo: Superar la valoración clínica y el modelo de "shock
frío/caliente" con un enfoque más objetivo y fisiopatológico.
<br>Parámetros Básicos: FC, FR, temperatura, diuresis, ECG, PA,
PVC, glucemia, lactato, gases arteriales y calcio. <br>Monitorización
Avanzada: Gasto caraco, resistencias sistémicas, saturación venosa
central de oxígeno (SVCO_2). <br>Tecnologías: Termodilución
transpulmonar (PiCCO) y espectroscopia infrarroja cercana (NIRS)
para evaluar la oxigenación en órganos vitales. <br>Ecografía a pie
de cama: Útil para guiar la inserción de vías centrales, medir gasto
cardíaco y evaluar la volemia y el edema pulmonar.
Tratamiento
hemodinámico
Resucitación Inicial (1ª hora): <br> • Vía Aérea: Asegurar vía aérea
y administrar oxígeno. <br> • Acceso Vascular: Canalizar vías
periféricas o intraóseas en 5-
10 minutos. <br> • Fluidoterapia:
Administrar bolos de 10 ml/kg de cristaloides balanceados cada 5-10
minutos hasta 60 ml/kg en la primera hora, vigilando signos de
sobrecarga. <br> • Farmacología: Iniciar adrenalina por vía periférica
o intraósea si la inestabilidad persiste después de los fluidos. La
dopam
ina queda relegada. <br> • Análisis: Obtener muestras para
hemocultivos y otros análisis. <br> • Objetivos: Restablecer pulsos,
perfusión periférica, estado de conciencia y presión arterial.
Shock Resistente a Fluidos: <br> • Criterio: Persistencia de la
inestabilidad a pesar de la reanimación con líquidos. <br> •
Tratamiento: Iniciar tratamiento inovasopresor. La adrenalina es el
inótropo inicial. Si hay resistencias sistémicas bajas, se prefiere la
noradrenalina. <br> • Monitorización: Usar parámetros objetivos
(análisis de onda de pulso, ecocardiografía, SVCO_2) para guiar la
terapia.
Shock Resistente a Catecolaminas: <br> • Objetivos: Mantener
SVCO_270 e índice cardíaco (IC) = 3.5-
5.5 l/min/m². <br> •
Tratamiento según patrón: Ajustar fármacos (milrinona,
nitroprusiato, vasopresina, etc.) según el patrón de resistencias
vasculares y gasto cardíaco.
Otras medidas
terapéuticas
• Corticoides: Hidrocortisona reservada para shock refractario a
fluidos y vasopresores. <br> • Glucosa: Controlar los niv
eles de
glucemia para evitar hipoglucemia e hiperglucemia. <br> •
Ventilación Mecánica: Considerar intubación si es necesario,
asegurando una adecuada resucitación previa. La ventilación no
invasiva no debe retrasar la intubación en casos graves. <br> •
Hemoderivados: Transfusión de glóbulos rojos si Hb < 7 mg/dL en
pacientes estables. Plaquetas y plasma solo en sangrado activo. <br>
• ECMO: Considerar ECMO venoarterial en shock refractario o fallo
respiratorio severo.
Fuente: Díaz et al (12).
Consideraciones adicionales
Terapia antimicrobiana: Al igual que en
los adultos, es fundamental iniciar una
terapia antimicrobiana empírica tempra-
na, basándose en la edad del paciente
y su historial de exposición para tratar a
los patógenos más probables (11). Des-
pués de un reconocimiento rápido y la
obtención de cultivos apropiados (san-
gre, orina, LCR, etc.), las guías clínicas,
en particular la SSC, recomiendan el
inicio de antibióticos. Para los pacien-
tes pediátricos con shock séptico, los
antibióticos deben iniciarse en un plazo
de 1 hora para reducir la mortalidad. Un
cambio importante en las pautas de la
SSC de 2020 fue la extensión del tiempo
para la administración de antibióticos en
niños con sepsis sospechada (es decir,
con disfunción orgánica, pero sin shock
séptico) de 1 a 3 horas. Este cambio es-
tratégico permite a los clínicos monito-
rear de cerca al paciente y realizar prue-
SOTALÍN SOTALÍN, B. P.
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RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
bas diagnósticas sin aumentar el riesgo
de eventos adversos y resistencia anti-
microbiana por el uso de antibióticos de
amplio espectro. La elección inicial de
antibióticos empíricos debe basarse en
la epidemiología local, las manifestacio-
nes clínicas y los factores de riesgo del
paciente (10).
Vasopresores: El uso temprano de va-
sopresores es una estrategia recomen-
dada cuando la reanimación con fluidos
no logra estabilizar al paciente (11).
Los medicamentos vasoactivos se utili-
zan para aumentar el gasto cardíaco y
la oxigenación de los tejidos cuando la
resucitación con fluidos por sí sola no es
suficiente. La SSC recomienda el uso de
adrenalina o noradrenalina como inotro-
po inicial en niños que no mejoran clíni-
camente después de recibir 40-60 mL/
kg de fluidos. La adrenalina se prefiere
para aumentar el gasto cardíaco en ca-
sos de disfunción miocárdica, mientras
que la noradrenalina es la opción para
aumentar la resistencia vascular sisté-
mica. Las directrices actuales sugieren
la administración inicial de estos medi-
camentos por vía periférica mientras se
establece un acceso central (intraóseo o
línea venosa central) (10).
Corticosteroides: La evidencia de alta
calidad es limitada. La SSC recomienda
no utilizar hidrocortisona intravenosa de
forma rutinaria si el shock es sensible
a fluidos e inotropos. Sin embargo, se
puede considerar como un adjunto si los
inotropos y los fluidos son insuficientes
para revertir la inestabilidad hemodiná-
mica (10).
Insulina y glucosa: La hiperglucemia se
asocia con peores resultados. Sin em-
bargo, la SSC recomienda firmemente no
administrar insulina para alcanzar un con-
trol glucémico estricto (objetivo de ≤7.8
mmol/L) debido al alto riesgo de hipoglu-
cemia. Se sugiere que un objetivo más alto
de 10 mmol/L podría ser aceptable (10).
Productos sanguíneos: Para pacientes
sépticos hemodinámicamente estables,
las pautas de la SSC sugieren una es-
trategia de transfusión restrictiva, con
transfusiones de glóbulos rojos solo si la
hemoglobina cae por debajo de 7.0 g/
dL. La evidencia es insuficiente para re-
comendar transfusiones profilácticas de
plaquetas o plasma (10).
Niños previamente sanos
Sepsis adquirida en la comunidad:
Generalmente, es suficiente una cefa-
losporina de tercera generación (11).
Casos particulares
Pacientes inmunocomprometidos o
sepsis asociada a la atención médica:
Se debe iniciar el tratamiento con una
cefalosporina antipseudomonas, un car-
bapenem o un β-lactámico con inhibidor
de β-lactamasa. Si el paciente tiene un
catéter o dispositivo central, se debe
añadir un glucopéptido (12).
Recién nacidos y lactantes <3 meses:
El tratamiento debe incluir una cefalos-
porina de tercera generación y ampi-
cilina para cubrir la posible infección
por Listeria. Si hay signos compatibles
con el virus del herpes simple (VHS), se
debe considerar el uso de aciclovir em-
pírico (12).
Infección intraabdominal: La terapia
debe ser amplia para cubrir patógenos
gastrointestinales, incluyendo anaero-
bios. Se recomienda una combinación
de β-lactámico con inhibidor de β-lacta-
masa o un carbapenem, o añadir clinda-
micina o metronidazol (12).
Pacientes oncológicos con neutrope-
nia o trasplante de médula ósea: Se
utiliza monoterapia con un β-lactámico
con inhibidor de β-lactamasa. Si la pre-
valencia de BLEE (beta-lactamasa de
espectro extendido) es superior al 10%,
se añade un aminoglucósido. Si el pa-
ciente tiene un catéter central, se asocia
MANEJO INTEGRAL DE LA SEPSIS PEDIÁTRICA: RETOS EN LA INFECTOLOGÍA, CUIDADOS INTENSIVOS Y
NEFROLOGÍA
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RECIMUNDO VOL. 9 N°2 (2025)
teicoplanina o vancomicina. Si no mejo-
ra y los cultivos son negativos, se puede
cambiar a un carbapenem y añadir un
antifúngico (12).
Pacientes con dispositivos permanen-
tes (ej. traqueotomía, marcapasos): El
tratamiento inicial debe ser con una ce-
falosporina antipseudomonas y conside-
rar la adición de antifúngicos (12).
Patología crónica (respiratoria o neu-
rológica): La terapia debe comenzar
con una cefalosporina antipseudomo-
nas, un carbapenem o un β-lactámico
con inhibidor de β-lactamasa (por ejem-
plo, piperacilina/tazobactam) (12).
Conclusión
El manejo integral de la sepsis pediátrica es
un desafío complejo que requiere la colabo-
ración de múltiples especialidades médicas,
incluyendo infectología, cuidados intensivos
y nefrología. Los principales retos radican en
el diagnóstico precoz, el tratamiento oportu-
no y el manejo de las complicaciones.
El diagnóstico de la sepsis pediátrica es a
menudo difícil debido a la inespecificidad de
los síntomas en los niños. La detección tem-
prana y el inicio inmediato del tratamiento con
antibióticos de amplio espectro son cruciales
para mejorar la supervivencia. Sin embargo,
esto debe equilibrarse con la necesidad de
evitar la resistencia antimicrobiana, lo que su-
braya el papel fundamental del infectólogo en
la selección de la terapia adecuada y en la
desescalada de los antibióticos una vez que
se identifica el agente causal.
El pediatra intensivista juega un papel central
en la monitorización hemodinámica y en el
soporte de órganos. La sepsis puede provo-
car una disfunción multiorgánica rápida, por
lo que el manejo de la ventilación, el soporte
circulatorio con fluidos y vasopresores, y la
nutrición son vitales. La colaboración con el
intensivista asegura que el paciente reciba el
soporte vital necesario para superar el shock
séptico y la falla de órganos.
La insuficiencia renal aguda (IRA) es una
complicación frecuente y grave de la sepsis
pediátrica. Los nefrólogos pediátricos son
esenciales en el manejo de esta complica-
ción, ya que la disfunción renal puede agravar
el estado del paciente al afectar el equilibrio
de electrolitos, fluidos y la eliminación de pro-
ductos de desecho. Su participación es clave
en la decisión de iniciar terapia de reemplazo
renal (diálisis) y en el manejo a largo plazo de
los pacientes que sobreviven a la IRA.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Sotalín Sotalín, B. P. (2025). Manejo integral de la sepsis pediátrica: retos en la
infectología, cuidados intensivos y nefrología. RECIMUNDO, 9(2), 1023–1033.
https://doi.org/10.26820/recimundo/9.(2).abril.2025.1023-1033
MANEJO INTEGRAL DE LA SEPSIS PEDIÁTRICA: RETOS EN LA INFECTOLOGÍA, CUIDADOS INTENSIVOS Y
NEFROLOGÍA